Autores: Larry Gray,
y Cols.
Fuente: Pediatrics 2015; 135:e607-e614
Los autores refieren que cada vez más
datos sugieren que el dolor neonatal
tiene consecuencias a largo plazo. Las técnicas no farmacológicas (probar sacarosa,
chupón, y lactancia materna) son eficaces y ampliamente utilizadas para
combatir el dolor neonatal de poca intensidad. Los autores examinaron el efecto
analgésico de la sacarosa en combinación con el calor radiante en comparación
con la sacarosa sola durante un procedimiento doloroso en los recién nacidos sanos
a término.
Incluyeron 29 recién nacidos en el Hospital Universitario de Chicago. Ambos
grupos recibieron 1,0 ml de solución de
sacarosa al 25% 2 minutos antes de la vacunación, y a un grupo, además, se le
proporcionó calor procedente de un
calentador radiante para recién nacidos antes de la vacunación. Evaluaron el dolor mediante la comparación de las
diferencias en grito, mueca, la variabilidad del ritmo cardíaco (es decir, la
arritmia sinusal respiratoria) y la frecuencia cardíaca entre los grupos.
Encontraron que el grupo de sacarosa más calor lloraban y hacían muecas 50% menos tiempo
después de la vacunación que el grupo de sacarosa sola. El grupo de
sacarosa más calor tenía la frecuencia cardíaca y la variabilidad de la
frecuencia cardiaca (es decir, la arritmia sinusal respiratoria) con respuestas
más bajas en comparación con el grupo de sacarosa sola, lo que
refleja una mayor capacidad de regular fisiológicamente su respuesta a la
vacunación dolorosa.
Los autores concluyen que la combinación de sacarosa y el calor radiante
es más efectiva como analgésico en los recién nacidos y reducen el dolor mejor
que la sacarosa sola
Los autores concluyen que la combinación
de sacarosa y el calor radiante es más efectiva como analgésico en los recién
nacidos y reducen el dolor mejor que la sacarosa sola.
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